R. Se ha calmado un poco. Sobre todo gracias a que la gente se entera de que el acuerdo abre inmensas posibilidades a la exportación agrícola. Se protegen 350 indicaciones geográficas, de forma que el cava catalán o los quesos especiales no podrán imitarse fraudulentamente. Las agriculturas francesa, italiana y española serán beneficiadas. Y los productores de carne, arroz o azúcar no deben preocuparse, quedan protegidos por cuotas a la importación.