Las luces se fueron atenuando, mientras una melodía tenebrosa, digna de vampiros, inundaba el salón de excesivos lujos. Tenues iluminaciones de distintos colores se cernían sobre las mesas con canapés exclusivos y champagne, mientras todos con sus máscaras se veían aun mas confusos, con identidades no solo ocultas por máscaras, si no por la parcial oscuridad que ahora los envolvía. Miró hacia todos lados preguntándose el porque fue si de todas formas nadie iba a identificarlo. Tranquilamente podría haber dicho que fue, cuando en realidad no había sido así. Pero eso sería mentir, y no estaba en sus planes. Caminó por entre las mesas dispuestas y aleatorias en el lugar mientras la música subía de tono. En el medio de todas ellas el salón se hallaba vacío, invitando a todos con poca sutileza a bailar si así lo deseaban. Nadie lo hacía, era todavía muy temprano para ello. Escogió una mesa al azar mientras la cola pinguino de su traje se extendía a la antigua con glamour. Divisó un lugar, en un rincón, oculto. Fue y halló a alguien ya sentado allí, pero la mesa de telas negras y candelabros sombríos tenia espacio como para al menos tres personas. Poco le importó compartir el lugar, todos allí llevaban máscaras así que podría compartir la mesa con el mismísimo diablo si este no mostraba su identidad. Tomó asiento y se acomodó las solapas de su traje, mientras de entre estos sobre-salían unos volados victorianos que combinaban con sus mangas. Miró hacia su costado, la presencia masculina por lo que pudo ver de su silueta, ni se inmutó y seguía viendo a la nada. Un castaño, o quizá pelirrojo se notó cuando una de las luces que se movían cual discoteca pero con ambientación mas tétrica le apuntó en el cabello. Se veía suave, y el perfil fino y enmarcado por las sombras del contrario era realmente atrayente. Una figura oculta y grácil se regocijaba de belleza en las profundidades de la oscuridad. Sonrió de una manera que podría considerarse bastante sensual y volvió su vista al gran escenario que estaba al lado casi de la mesa. Encerrados en un rincón y con el escenario al lado parecía que se aislaban del resto de mesas esparcidas cerca de cada pared.
-Esto aburre, ¿No es así?- Escuchó romper el silencio personal con una voz grave.